La improvisación siempre será peligrosa

La administración está a tiempo para corregir. Lo merecen los vecinos de Cartago y, en general, todos los costarricenses, pues es imperativo que, desde las más altas esferas del poder, las cuestiones públicas se manejen con total transparencia y con sentido de responsabilidad
photo_camera Hospital Max Peralta, Cartago.

El nuevo hospital de Cartago es claramente una necesidad y cada vez cobra más sentido de urgencia. Por ello, es censurable la intención del Poder Ejecutivo de dar marcha atrás con el terreno que adquirió la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) para construir la obra.

Pero es igualmente censurable el que se haya hecho un anuncio como resultado de la improvisación, cuando el pasado 14 de setiembre tanto el presidente de la República, Rodrigo Chaves, como la presidenta ejecutiva de la Caja, Marta Esquivel, hablaron del tema en Cartago.

En esa oportunidad se dijo que el hospital se construirá en terrenos del Instituto Tecnológico de Costa Rica (ITCR). Pero, con el correr de los días, el país ha podido darse cuenta de que, más allá del anuncio, no hay nada real.

Incluso, la administración de la CCSS sigue adelante con el proyecto original, sin cambiar por ahora un ápice del plan. En el presupuesto institucional para el 2024 quedaron establecidas las partidas para darle continuidad al proceso de licitación, lo que solo está a la espera de conocer si la Secretaría Técnica Nacional Ambiental (SETENA) le dará el visto bueno al estudio de impacto ambiental.

Basta revisar las actas de las sesiones de Junta Directiva para corroborar estos datos aportados por Susan Peraza, directora de Planificación Institucional.

Pero, paradójicamente, sus palabras dejan en evidencia que no hay planificación. No de parte suya, sino de quienes hacen anuncios con perfil político sin sustentarlos en hechos concretos.

Se evidencia, igualmente, que la idea de construir el hospital de Cartago en terrenos del ITCR no es más que eso: una idea que alguien lanzó al aire como si el objetivo fuese hacer un anuncio impactante, pero nada más.

Dicho esto, hay un detalle muy interesante. Cuando Peraza hizo su explicación, ninguno de los directivos de la Caja presentes en la sesión de Junta Directiva hizo observación alguna sobre este punto. Eso llama mucho la atención, porque deja la sensación de que, para los efectos de ellos, esa es la ruta y punto.

Entonces, cabe la pregunta: ¿la idea de abandonar el proyecto actual y dar paso a otro nuevo para construir el hospital en terrenos del ITCR, de donde Salió?

Ciertamente, los medios de comunicación debemos buscar respuestas a preguntas elementales como esta que apuntamos. Pero, en este caso no queda más que dejar la interrogante establecida en estas líneas debido a que www.despertar.cr solicitó una entrevista con Esquivel desde hace varios días, y el silencio ha sido la única respuesta.

Las autoridades del Poder Ejecutivo deben entender que la improvisación no cabe nunca. Pero, especialmente cuando se trata de temas tan serios y sensibles.

Cambiar los planes a estas alturas definitivamente retrasará el proyecto. Y aunque se podrían establecer acuerdos con el Tecnológico para el uso de los terrenos sin que medie pago por parte de la CCSS, igual se incrementarán los costos, simplemente por estirar los plazos.

La administración está a tiempo para corregir. Lo merecen los vecinos de Cartago y, en general, todos los costarricenses, pues es imperativo que, desde las más altas esferas del poder, las cuestiones públicas se manejen con total transparencia y con sentido de responsabilidad.