El tipo de cambio y los temores del sector productivo

Hay mucha presión en este momento porque el sector exportador debe resolver en el día a día a partir de los costos de producción que hoy tienen las empresas. Esa es una realidad. Pero no podemos dejar de ver más allá.

Banco Central CR
photo_camera Banco Central 9de Costa Rica.

Originalmente, la devaluación de la moneda nunca fue un factor para apoyar la competitividad del sector exportador. Fue más bien, resultado de una suma de elementos que llevaron a una marcada escasez de dólares en el país.

En aquel momento el impacto sobre la economía fue muy fuerte, debido a que se entró en un esquema especulativo que, incluso, por sí mismo trajo más caos al entorno.

A partir de esa experiencia, sin embargo, se entró en varias dinámicas distintas, desde las minidevaluaciones hasta la política de fluctuación del tipo de cambio. Y en todos los casos, los movimientos ya no fueron bruscos e incluso por momentos llegaron a ser controlados.

En los últimos años la tendencia alcista en el tipo de cambio fue muy marcada, al punto de que en varias ocasiones el Banco Central debió intervenir en el Mercado Mayorista conocido como MONEX, para contener la situación.

Eso no impidió que hacia la parte intermedia del año 2022 la divisa norteamericana llegara a cotizarse cerca de los 700 colones en las ventanillas de los bancos comerciales.

Sin embargo, aquella dinámica no se sostuvo. Y poco después, comenzó una llamativa revaluación de la moneda costarricense, proceso que por lo visto la semana anterior, aún no termina. Y, sí: el Banco Central ha hecho algunas intervenciones en el MONEX para evitar una caída más abrupta.

Si bien hay un efecto directo sobre los ingresos de los exportadores que podría obligarlos a subir los precios de sus productos y esto los llevaría a perder competitividad en los mercados internacionales, quizá ese no es el principal problema, pese a la importancia que, de hecho, tiene.

Más bien, lo puede ser la incertidumbre que implica producir hoy sin saber ante qué realidad se estará mañana cuando se tenga que exportar. Porque, no en todos los casos se negocian contratos a futuro.

En ese marco, ¿cómo vende usted y a qué precio ofrece su producto? Claramente es el dilema que hoy enfrentan los exportadores. Y, de nuevo, esto no se resume solo a fijar un precio unilateralmente pues hay muchos otros actores en el mercado y sería un error ignorar el peso que tienen o la oportunidad que la situación les abre.

Por todo ello, es imperativo controlar la caída en el tipo de cambio del dólar, a fin de evitar consecuencias ruinosas para los sectores productivos exportadores.

Pero, esta situación también debería servir para revisar los procesos productivos en busca de lo que hoy identifican como oportunidades de mejora. Porque no es sano que todas las posibilidades para competir en los mercados internacionales se sustenten en la pérdida de valor de la moneda costarricense.

No nos engañemos. El ejercicio no sobra, pues solo así sabremos realmente donde estamos. Y este es un requisito esencial para definir cuál debe ser el rumbo.

Hay mucha presión en este momento porque el sector exportador debe resolver en el día a día a partir de los costos de producción que hoy tienen las empresas. Esa es una realidad. Pero no podemos dejar de ver más allá.

Y esto no se resume a señalarse entre partes. Se requiere serenidad en el análisis y pulcritud en la toma de decisiones.