El tipo de cambio y los precios de los productos importados

Tipo de cambio sigue a la baja.
photo_camera Tipo de cambio sigue a la baja.

Mucho se ha hablado en las últimas semanas sobre un supuesto impacto negativo que tiene la revaluación del colón frente al dólar para los sectores productivos. Es un tema que abordaremos mañana.

Hoy, sin embargo, queremos llamar la atención sobre un punto del que se ha hablado muy poco, si no es que nada, desde que comenzó el proceso que hoy ha puesto el tipo de cambio alrededor de los 500 colones por dólar.

Nos referimos a la notoria desvinculación entre esa realidad y los precios de los productos importados. Al día de hoy, cuando la revaluación alcanza niveles tan marcados, sería de esperar que hubiese un efecto directo sobre el valor de esos bienes. Todo en función del hecho real de que los importadores necesitan menos colones para conseguir los dólares para costear esas compras.

Pese a que, en general se tendía a decir que ese efecto de reducción en los precios se comenzaba a sentir, la situación es tan clara que, incluso algunos economistas ya comienzan a reconocer que hay alguna irregularidad en el esquema.

Eso hace que estemos en medio de un laberinto, porque cuando el colón pierde valor, se golpea la capacidad adquisitiva del grueso de los asalariados. Pero, cuando la situación se da a la inversa, no hay un efecto directo en favor de ese mismo sector de la población.

Importadores e intermediarios que no colocan sus productos en dólares en el mercado nacional deben revisar su actuación. De lo contrario seguirán siendo parte de un peligroso esquema de usura que incrementa sustancialmente sus ganancias, pero que, más aún, podría impactar el doble a los consumidores una vez que el dólar comience a ganar terreno frente al colón de nuevo.

Por ahora no está claro cuándo ocurrirá esto. Pero es seguro que la actual tendencia no se sostendrá en el tiempo. Y si para aquel momento se quiere asumir que una depreciación del colón obliga a subir los precios de los productos importados, no estaremos sino ante un doble esquema de abuso.

Recordemos también, que, en el caso del arroz, si bien se ha dado algún nivel de reducción en el precio de algunas presentaciones, no ha sido una cuestión generalizada. Eso, a pesar de que también el Gobierno tomó decisiones para que los aranceles no siguieran siendo un factor que mantuviera los precios artificialmente altos en el mercado nacional.

Lo que ocurre ahora es nada más y nada menos comparable con los cuestionados esquemas de intereses que en algún momento pesaban sobre las deudas con tarjetas de crédito. Para ponerle coto a esa situación fue necesario introducir la Ley contra la Usura, recurso que obviamente no cabe en una situación como la de comentario.

De allí que se requiera una especie de mea culpa de parte de cada uno de los involucrados para darle un giro apropiado al asunto. Para el tiempo que lleva el país en esta dinámica del tipo de cambio, así como por el peso que tiene la caída en la cotización del dólar, ya el mercado debería haber hecho los ajustes pertinentes.

Es un buen momento para enviar el mensaje de que el mercado debe funcionar en ambas direcciones, lo cual implica que se auto regule. Y esa responsabilidad en el escenario actual, claramente la tienen los importadores. El país necesita de señales positivas.