En la política los costarricenses y el país deben estar primero

Si realmente se trataba de buscar soluciones, que es lo que urge en este país, los tres Poderes debieron estar representados al mismo nivel en ambos encuentros

Los miembros de los supremos poderes de la República no deben olvidar que la política no es un fin en sí mismo. Es más bien, un medio para impulsar el desarrollo con mejores condiciones de vida para los ciudadanos.

No se trata de la confrontación por la confrontación. Tampoco de los intereses personales o personalistas por encima del interés común.

El reto, entonces, es el de plantear alternativas, discutir propuestas y tomar decisiones en un marco de respeto y siempre pensando en lo mejor para el país.

Desgraciadamente, muchas veces los actores políticos olvidan o pasan por alto este punto, y vemos como entran en otras dinámicas muy peligrosas y poco productivas.

Recientemente, por ejemplo, el país fue testigo de una reunión convocada por el presidente de la República, Rodrigo Chaves, para analizar la crisis que en materia de seguridad sigue en una línea creciente.

A la cita acudió el presidente de la Corte Suprema de Justicia, el magistrado Orlando Aguirre. Pero, en cambio, no estuvo presente el presidente de la Asamblea Legislativa, Rodrigo Arias.

Unos días después, hubo otra reunión sobre ese mismo; esta vez, en el Congreso, y el gran ausente fue el presidente Chaves.

De seguro tanto Chaves como Arias tendrán alguna explicación en torno a sus ausencias, pero la realidad es que el problema que se iba a poner sobre la mesa exigía una actitud proactiva por parte de quienes conducen los tres poderes de la República.

Si realmente se trataba de buscar soluciones, que es lo que urge en este país, los tres Poderes debieron estar representados al mismo nivel en ambos encuentros. De hecho, quizá incluso solo se hubiese requerido una reunión.

Asuntos tan delicados deben estar sujetos a un mejor manejo por parte de quienes ostentan los más altos cargos a los que se puede aspirar en nuestro país. Por ello, definitivamente fue un mal ejemplo el que nos entregaron Chaves y Arias en los últimos días.

Esperamos que esa situación no comprometa el proceso de toma de decisiones que deberá darse en las semanas siguientes en la Asamblea Legislativa. No olvidemos que, al final de cuentas, lo que interesa es que de este tipo de encuentros surjan definiciones que se traduzcan en acciones, en soluciones concretas.

Esas soluciones no pueden quedar atrapadas en medio de un mar de disputas políticas. El país no lo resistirá más.

De hecho, hay varias iniciativas de ley -quizá, incluso, demasiadas- en materia de seguridad en el Congreso. Pero solo la acción concertada abrirá espacio para que se les pueda dar curso en el orden y con la celeridad que la situación exige.

Eso pasa por buscar los puntos de coincidencia entre los tres poderes de la República, dado que, como manda la Constitución Política, el Gobierno lo ejercen en su conjunto.

Desgraciadamente, esta última premisa es olvidada de manera frecuente por todos los actores políticos, al punto de que solemos escuchar a los propios diputados y a los magistrados refiriéndose al Poder Ejecutivo como al Gobierno por sí solo.